Doña Letizia sorprende con un buen nivel de inglés

Y decimos que sorprende porque no es lo normal, teniendo en cuenta el histórico de actuaciones de personajes públicos españoles durante los últimos años. Ella es la primera en mucho tiempo que no ha hecho el ridículo por aventurarse a hablar en inglés —¿recordáis el glorioso discurso de Ana Botella sobre el café con leche o el monólogo esperpéntico de Emilio Botín?—. Es verdad, el listón estaba muy bajo y era difícil no mostrar un buen nivel de inglés teniendo como baremo a los antes mencionados, pero el caso es que no ha hecho el ridículo y eso, por desgracia, es toda una noticia. De hecho, es un notición.

Pero, tranquilos, no nos engañemos, el nivel de inglés de Letizia no es perfecto, pero esa tampoco es la cuestión, al fin y al cabo, no es nativa. Es verdad que nos podríamos poner a discutir sobre si lo menos que puede hacer esta señora es aprender a hablar inglés perfectamente, ya que está viviendo de las rentas, pero vamos, que esa ahora no es la cuestión. El caso es que, sin hablar perfectamente, ha demostrado que tiene lo que se podría llamar un buen nivel de inglés, uno lo suficientemente alto como para poder expresarse con claridad en el idioma y desenvolverse con soltura en cualquier ocasión. ¿Qué es, pues, lo que evidencia que no es nativa?

Su pronunciación es buena, con un aire British regado con algún que otro uso propio del American English —no quiere encasillarse en ninguno de los dos, es normal, tiene que gustarle a todo el mundo—. Sin embargo, tiene el problema que casi todos los españoles tenemos, y uno que es difícil de arreglar y necesita del mejor asesoramiento lingüístico. Estamos hablando de la entonación —el famoso stress— y de las pausas. Su discurso, aprendido de memoria y leído más que pronunciado, carecía de la fluidez y del ritmo propios de la oratoria de una nativo. Lo que nos lleva a otra cuestión. Una comunicación efectiva no pasa por leer un papel con unos cuantos párrafos escritos fonéticamente. No basta con saber hablar el idioma, hay que saber comunicar, saber hablar ante un público, y para eso es mucho mejor olvidarse de los papeles. Pero claro, esto va más allá del asesoramiento lingüístico, aquí estaríamos hablando de formación específica para desarrollarse en público en una lengua extranjera.

Vosotros pensaréis que a lo mejor estamos siendo demasiado duros, que si, al fin y al cabo, tiene un buen nivel de inglés por qué hay que criticar ciertas cosas. Hay que tener en cuenta que, como ya hemos dicho, estamos hablando de un personaje público, o, mejor dicho, de la representante —no electa– de un país. Por eso hay que exigir lo máximo. Que tengamos una tradición de oradores penosos en la lengua de Shakespeare no quiere decir que tengamos que conformarnos con la normalidad, hay que buscar la excelencia, y eso solo se consigue mediante el asesoramiento lingüístico y la formación adecuada. Puede que haya alguien a quien le parezca una frivolidad, algo superfluo, pero no hay que olvidarse de que, por mucho que nos pese, para muchos, la imagen de esta señora es el reflejo del país que representa, y viceversa.

Por cierto, Letizia, no te enfades, que has estado bastante bien. Saludos desde Ontranslation.

Acerca del autor

Oscar Nogueras

CEO de Ontranslation y Ontraining, Óscar es experto en internacionalización, Traducción SEO y comunicación intercultural. Con más de 14 años de experiencia, un máster en Tradumática y un MBA, combina su labor como consultor con la docencia en la UAB, donde forma a traductores profesionales en SEO y SEM. Sus estrategias y conocimientos ayudan a marcas globales a superar barreras culturales y alcanzar el éxito en mercados internacionales.

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