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A medida que las herramientas de traducción automática se vuelven más avanzadas, su uso se ha generalizado, ofreciendo soluciones rápidas pero no siempre precisas. Por ello, hoy aprovechamos este artículo para revisar errores comunes en las traducciones automáticas, analizando los fallos habituales y ofreciendo consejos prácticos para mejorar la precisión y la eficacia de estas herramientas.
El uso de la IA en el sector de la traducción no es algo nuevo. En estos años, gracias al entrenamiento de estos software, los resultados son bastante aceptables para uso doméstico. Pero si no hay un humano detrás para revisar y supervisar las traducciones, los resultados pueden ser nefastos para cualquier empresa que se apoye en este tipo para su internacionalización.
De hecho, existen ciertos errores comunes de la traducción automática. A continuación vemos los más habituales.
Una de las limitaciones más significativas de las herramientas de traducción automática es su incapacidad para comprender plenamente el contexto en el que se utiliza el lenguaje. Esta falta de comprensión puede llevar a interpretaciones erróneas, especialmente en textos donde las sutilezas lingüísticas juegan un papel crucial.
Por ejemplo, la misma palabra en un idioma puede tener múltiples significados dependiendo del contexto, algo que las máquinas frecuentemente malinterpretan. Como consecuencia, el texto resultante suele perder completamente el sentido del original.
Las diferencias culturales presentan otro reto significativo para la traducción automática. Frases o expresiones que son comunes en una cultura pueden ser desconocidas o incluso ofensivas en otra. Este tipo de error no solo afecta la precisión de la traducción, sino que también puede tener implicaciones culturales más amplias.
Por otro lado, están los elementos culturales específicos, como referencias a celebraciones o costumbres, que en función de cómo se traducen pierden su significado o relevancia cultural. Para hacernos una idea, si queremos vender en nuestro ecommerce por el Día de la Madre, debemos saber que en función del país al que nos dirijamos, nuestra campaña deberá lanzarse el primer domingo de mayo o el segundo.
Este es, sin lugar a dudas, uno de los puntos claves por los que una traducción automática requiere (como poco) una posedición. Y es que, por mucho que la tecnología avance, por ahora no puede entender el contexto para localizar un contenido. Por tanto, es muy habitual encontrarnos errores de este tipo.
Ente los errores más comunes de las traducciones automáticas están los relacionados con el vocabulario y la sintaxis. Y es que es habitual que nos encontremos con una selección de palabras inapropiadas o la formación de frases confusas, elementos que al final pueden distorsionar significativamente el mensaje original.
Estos errores a menudo resultan de la traducción literal de términos o estructuras gramaticales sin considerar su uso correcto en el idioma de destino. Esto lo vemos mucho con las frases hechas, que tienen una carga cultural enorme y varían significativamente entre idiomas. Así, en función de lo conocida que sea la frase en cuestión, es posible que se traduzca mal por hacer una adaptación literal de la misma.
Por ejemplo, imaginemos la traducción literal de «it’s raining cats and dogs» frente a la versión en español, que sería «llueve a cántaros». Evidentemente, se perdería el sentido y más de uno acabaría preguntando qué ha pasado con los gatos y los perros. Con lo cual, se demuestra una vez más que cualquier traducción automática necesita ser revisada.
Por último, nos encontramos con los problemas en la traducción de documentos largos o textos con terminología específica, donde nos enfrentamos a desafíos adicionales en términos de coherencia y cohesión. Más concretamente:
En definitiva, pese a la comodidad y (presunto) ahorro de tiempo y dinero que nos ofrece la traducción automática, no es oro todo lo que brilla.
A pesar de los desafíos, hay estrategias que pueden mejorar significativamente la precisión de las traducciones automáticas. A continuación, desglosamos algunos consejos prácticos.
Evitar los errores comunes en traducciones automáticas es complicado, pero un buen punto de partida es trabajar el texto original para que el software se encuentre con el menor número de problemas. Para ello, deberemos dejar el texto con un lenguaje claro y directo. Es decir, evitar el uso de jerga, modismos y expresiones culturales específicas, ya que hemos visto que son problemáticas a la hora de traducirlas.
Obviamente, el texto original debe estar limpio. Es decir, deberemos corregir posibles errores gramaticales y de sintaxis, de modo que la traducción automática no se tope con ellos y haga «una de las suyas».
A partir de aquí, tenemos una base a partir de la cual podemos lograr un texto traducido más o menos aceptable.
Actualmente, existen diferentes herramientas con las que hacer traducciones automáticas. Una buena estrategia es hacer el trabajo desde diferentes software y comparar los resultados. Si el idioma de destino no nos es completamente desconocido, podremos elegir aquella que nos dé la versión más precisa.
Tanto si tenemos estas nociones, como si el idioma nos es completamente desconocido, la supervisión es necesaria. Por ello, nosotros recomendamos siempre apoyarnos en traductores profesionales para hacer una posedición de la traducción automática.
Este servicio no deja de ser la revisión por parte de un profesional para corregir errores y ajustar el texto a su contexto cultural y lingüístico. Es decir, un básico para que el texto final tenga sentido y no meternos en jardines por desconocimiento.
Las herramientas de traducción automática han recorrido un largo camino en su desarrollo, ofreciendo soluciones rápidas y accesibles para la traducción de textos. Sin embargo, aún presentan limitaciones significativas que pueden afectar la precisión y la calidad de las traducciones.
Al comprender los errores comunes y adoptar estrategias para mitigarlos, usuarios y profesionales pueden mejorar significativamente la eficacia de estas herramientas. Aun así, queda claro que el factor humano sigue siendo vital. Por ello, desde Ontranslation siempre recomendamos que, al menos, se haga una posedición de este tipo de traducciones. Y es que, si no queremos poner en riesgo nuestra imagen de marca, debemos invertir un poco para que nuestras comunicaciones tengan un mínimo de calidad.
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