Traducción literaria: qué tener en cuenta al comprar un libro
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Igual que acudimos a los museos, visitar alguna de las bibliotecas más bonitas del mundo es un plan que no podemos descartar en nuestros viajes. Además de encontrar auténticas joyas de la arquitectura, podremos acceder a algunas de las colecciones de libros más importantes.
Pero ¿cuáles están en el top? ¡Para gustos, colores! Pero si tenemos que elegir, nosotros nos quedamos con estas siete.
Nuestra primera parada en busca de las bibliotecas más bonitas del mundo la hacemos en los Alpes austriacos. Allí encontramos la Biblioteca del Monasterio Benedictino de Admond, la cual está considerada la más grande de su tipo.
Aunque el monasterio se fundó en 1074, la biblioteca no se construyó hasta 1776. No obstante, el resultado es fabuloso, tanto que algunos la consideran la octava maravilla del mundo.
Este edificio de estilo barroco llama la atención por estar decorado en tonos blancos y dorados, lo que le ha valido el nombre de Catedral de la luz. Lo cierto es que los frescos que decoran sus cúpulas sí nos transportan a este tipo de edificación.
En sus librerías alberga 200.000 volúmenes entre libros, manuscritos e incunables. Su gran tesoro es la Biblia de Admont, aunque el visitante posiblemente no desecharía la oportunidad de perderse probando las diferentes puertas secretas que esconde.
Otra de las bibliotecas más bellas del mundo la encontramos dentro del monasterio de Wiblingen, Alemania. Este monasterio benedictino situado en Ulm no es muy conocido; sin embargo, tiene una de las bibliotecas barrocas más bonitas de Europa.
Su origen se sitúa en el siglo XI y es de estilo rococó. De hecho, sus salas están decoradas con frescos, estatuas y columnas de mármol en varios colores. Eso sí, algunos señalan que la falta de presupuesto llevó a incluir algunas columnas y estatuas de madera pintada.
Una biblioteca famosa que no podía faltar en este repaso es la de John Rylands situada en Manchéster. ¿El motivo? Además de ser muy bonita, estamos ante uno de los primeros edificios de la ciudad que fueron iluminados con electricidad. Por otro lado, también contaba con un sistema de filtrado de aire muy útil, necesario y avanzado para su época.
Como curiosidad, fue fundada por Enriqueta Rylands en honor a su esposo John, que había fallecido en 1888. Así, se empezó a trabajar en ella en 1890 y abrió sus puertas al público en 1900.
Siguiendo con el diseño de la biblioteca, en este caso estamos ante una construcción de estilo neogótico. En sus librerías almacena cientos de miles de libros. Sus principales tesoros son la primera edición impresa de los Cuentos de Caterbury de Caxon y la Biblia de Gutenberg.
Actualmente, se considera la tercera biblioteca académica más grande del Reino Unido, por lo que no es de extrañar que suela colarse en las listas de las mejores bibliotecas del mundo.
Si hablamos de las bibliotecas del mundo con más encanto, la Biblioteca Nacional de Francia no podía faltar.
Se fundó en París en 1792 y cuenta con cuatro edificios de cristal dispuestos en forma de libros abiertos. Su estancia más fotografiada es la Sala Labrouste y no es para menos. Para su diseño, el arquitecto Henri Labrouste debía tener en cuenta una directriz imprescindible: la sala de lectura solo podría utilizar luz natural.
Con esta idea sobre la mesa, el arquitecto francés diseño la sala con nueve cúpulas desde las que entra la luz exterior. Estas están apoyadas sobre arcos de hierro y 16 finas columnas. ¿El resultado? Una sala de lectura luminosa y visualmente ligera.
Adelphilos, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons
En cuanto al catálogo, alberga la friolera de más de 13 millones de libros y 350 mil volúmenes encuadernados de manuscritos. A estos hay que sumarles otros documentos, como monedas, mapas, estampas y registros sonoros.
El huevo de pascua que esconde esta biblioteca se conoce como L’Enfer (el Infierno), una sección que guarda todos los libros y manuscritos de temática erótica (explícita). Desde su creación en 1830, solo se puede acceder a esta zona con autorización de las autoridades. De hecho, solo se permitía el acceso a los académicos que podían demostrar que necesitaban consultar este material para sus investigaciones, algo que se mantiene a día de hoy.
En nuestro país también encontramos bibliotecas bonitas, como es el caso de la que esconde el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Se conoce como Biblioteca Laurentina, es de estilo renacentista y data del siglo XVI. En su interior encontramos tres zonas: el Salón Principal (o de los Frescos), La Librería Alta y una sala menor, siendo la primera la más llamativa.
Xauxa Håkan Svensson, CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons
La decoración del Salón de los Frescos está compuesta de una estantería corrida de madera en la pared junto a algunos retratos al óleo. Además, encontramos una esfera armilar, que representa el sistema solar. No obstante, lo más destacado es su bóveda de cañón decorada con frescos.
Lamentablemente, parte de la colección de esta biblioteca patria se vio reducida a cenizas en 1671. Más tarde, sufrió los estragos de la Guerra de la Independencia. Pese a todo ello, hoy aún podemos encontrar 40.000 volúmenes y 600 incunables, además de otras colecciones de grabados, monedas o dibujos, ente otros.
Saltamos el charco en busca de las bibliotecas más famosas del mundo por su belleza y vamos directos a Río de Janeiro, donde encontraremos el Real Gabinete Português de Leitura.
Esta institución fue fundada en 1837 por inmigrantes portugueses, aunque el edificio que podemos visitar hoy data de 1887. Esta biblioteca es de etilo neomanuelino, el cual evoca al gótico-renacentista de la época.
Su estancia más fotografiada es el Salón de Lectura, coronada por una claraboya de hierro desde la que entra luz natural. Esta sala cuenta con estanterías inmensas de madera tallada con adornos dorados y un gran candelabro de hierro en el centro del salón.
En su haber cuenta con más de 350.000 libros antiguos y cada año suma 6.000 títulos nuevos de Portugal. Y es que esta biblioteca actúa como «depósito legal» del país luso.
Cerramos este viaje en busca de las bibliotecas más bonitas del mundo en Baltimore, donde encontramos la Biblioteca George Peabody. Este edificio se terminó en 1878 y fue idea del filántropo George Peabody, quién donó el dinero para su construcción.
La zona que más alabanzas recibe es, sin lugar a dudas, la Sala de Lectura. Coronada por lucernarios, esta sala está decorada completamente con hierro forjado, aunque para el ojo inexperto puede parecer piedra.
Conocida por muchos como La Catedral de los libros por su estética, esta bonita biblioteca tiene cinco pisos con balcones que dan al atrio (patio central). Gracias a este diseño, las seis plantas que confeccionan la biblioteca están bañadas por la luz natural de los lucernarios.
Su colección está formada por 300 mil volúmenes que datan desde el Renacimiento hasta el siglo XIX.
La mayoría de bibliotecas famosas que ocupan las listas de las más bellas, suelen ser públicas. Es decir, no deberíamos tener problemas para acceder a ellas. Eso sí, antes de acercarnos, es importante asegurarnos de los horarios y de si hay que reservar.
Y, por supuesto, no perder de vista que la mayoría se siguen empleando como lugar de estudio. Así que, ¡shhhh!
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