Ejemplos de neologismos que auguran un mundo mejor
Hoy nos hemos decidido a buscar ejemplos de neologismos optimistas. Una lengua es reflejo de la sociedad que la utiliza,… Leer más >
El lenguaje no verbal engloba todo acto comunicativo en el que no se emplea el uso de la palabra. Se puede generar a través de los gestos, del contacto visual y de las expresiones faciales, entre otros. Lógicamente, la comunicación no verbal se da en todos los ámbitos de la vida y, por supuesto, también en el sector de los negocios y el marketing. Por este motivo, en este post te explicamos por qué es tan importante conocer el lenguaje no verbal de las diferentes culturas si queremos internacionalizar nuestro negocio.
La risa y el llanto son dos expresiones que se pueden catalogar como comunicación no verbal y que no requieren explicación.
Independientemente de la cultura en la que nos encontremos, todos sabemos leer ambas expresiones dentro del contexto en el que las recibimos. No obstante, no se puede decir esto mismo de multitud de símbolos y gestos.
La base cultural con la que nos criamos marca las ideas que asociamos a los diferentes mensajes no verbales.
Así, por ejemplo, no daremos a entender lo mismo en España al cruzar los dedos (símbolo de buena suerte) que en China, donde se utiliza este gesto para señalar el número 10.
¿Te imaginas lo confuso que puede llegar a ser lanzar este mensaje a un potencial cliente del continente asiático en una reunión?
Obviamente, existen diferentes tipos de lenguaje no verbal y no todos tienen la misma complejidad. Para hacernos una idea, podemos dividirlos en cuatro tipos:
Bajo esta modalidad se engloban todos los mensajes que transmitimos a través de nuestros movimientos corporales: nuestras expresiones faciales, las miradas, los gestos que hacemos con las manos…
En este caso no hace falta que queramos internacionalizar nuestro negocio para que la comunicación verbal juegue en nuestra contra. Una respuesta desafortunada en medio de una reunión (una mala cara, por ejemplo) puede dejarnos sin trabajo.
Y es que, ¿quién no se ha sentido despreciado por un vendedor por mostrarse malhumorado en su puesto de trabajo?
De poco sirve tener un discurso sólido si lo transmitimos mal. En este caso el tipo de comunicación no verbal se conoce como paralenguaje y se centra en los sonidos que complementan el discurso verbal.
Quien más y quien menos ha recibido una regañina bajo el eslogan «a mí no me hables así».
Con esta frase tan manida en las mejores familias, no se nos señala únicamente un fallo en el mensaje propiamente dicho, sino en la forma en la que lo hemos transmitido. En definitiva, si hemos levantado la voz o si el tono era agresivo, por ejemplo.
¿Qué es lo primero que vemos de una persona? ¡Su aspecto!
Más allá de cómo nos expresamos, tanto verbal como gestualmente, nuestra apariencia es otra fuente de lenguaje no verbal que no podemos olvidar. De hecho, en nuestra sociedad se remarca muchísimo la importancia de crear una buena primera impresión.
La apariencia física, la ropa que lucimos e incluso el olor que desprendemos se consideran elementos de lenguaje no verbal.
Tanto es así que somos capaces de sonsacar bastante información de una persona sin necesidad de mediar palabra, tan solo mirando cómo viste. Eso sí, debemos tener en cuenta que en este punto entran en juego los prejuicios, algo también muy ligado a la cultura del país.
Por último, pero no por ello menos importante, se considera que el propio entorno puede transmitir un mensaje. Aunque nos resulte más complicado de entender dentro de la clasificación de tipos de comunicación no verbal, lo cierto es que tiene todo el sentido.
Los objetos con los que decoramos nuestras casas u oficinas no suelen ser casuales. Lo normal es que estos elementos hablen de nosotros, de nuestra forma de ser o de la filosofía de la marca.
Evidentemente, no todo el mundo se fija en esos pequeños detalles cuando acude a una reunión. Sin embargo, para aquel que los perciba será una fuente de información extra que podrá hacerle sentir más cómodo o, por el contrario, provocará que salten sus alarmas y salga corriendo.
Tal y como hemos visto, no es necesario hablar para meter la pata. Si a esto le añadimos las diferencias culturales, el conflicto está servido.
Para hacernos una idea, basta con comparar algunos de los gestos culturales más habituales que hacemos en occidente y su significado en el continente asiático, ya que tienen una cultura bastante alejada de la nuestra.
En China, los alumnos deben levantarse cuando quieren dirigirse al profesor para hacerle alguna pregunta.
En cambio, en Estados Unidos los estudiantes hablan desde sus asientos; actitud que en el gigante asiático se consideraría muy ofensiva.
De igual forma, los chinos evitarán que su comunicación no verbal revele su estado anímico. Es más, está mal visto mirar a los ojos a una persona cuando se tiene una conversación.
Por el contrario, los americanos no tienen problemas a la hora de mostrar sus sentimientos y consideran el contacto visual como elemento de transparencia y sinceridad.
Otra situación que nos aleja de los asiáticos es su percepción del silencio. Así, mientras para la cultura china es símbolo de respeto, en occidente puede provocar incomodidad.
Respuesta completamente diferente a una buena carcajada, la cual será bien recibida en EE.UU., mientras que en China preferirían algo más comedido.
En definitiva, existen infinidad de comunicaciones no verbales que lanzamos sin ser conscientes y que no son aceptados por igual en todo el mundo. Por ello, tanto si viajamos como si queremos entablar relaciones laborales en el extranjero, debemos preocuparnos de qué nos vamos a encontrar.
A la hora de entrar en contacto con otras culturas será fundamental tener en cuenta estas diferencias.
Por un lado, nuestro cliente se sentirá más cómodo al interactuar con nosotros. Por otro, nuestro marketing conectará mejor con el público del país de destino.
Es cierto que vivimos en un mundo globalizado en el que las diferencias culturales se van diluyendo. Sin embargo, no han desaparecido y siguen estando presentes. Por tanto, no es algo que puedas permitirte pasar por alto a la hora de internacionalizar tu negocio.
En Ontranslation disponemos de servicios de asesoramiento lingüístico y cultural para aquellas empresas que quieran comenzar a desarrollar su actividad fuera de sus fronteras. Sobre todo si necesiten contar con profesionales para adaptarse a la cultura de destino y comprenderla.
Te ayudaremos a traducir adecuadamente los textos de tu marca, a darles el tono adecuado a tus contenidos y adaptaremos tu marketing a la cultura en la que te adentres. Y, por supuesto, la comunicación no verbal intercultural para que puedas conectar con tu audiencia.
Ponte en contacto con nosotros, cuéntanos tu plan y comenzaremos a trabajar en ello.
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