La Interpretación en los Servicios Públicos, ¿qué es y en qué consiste?
La Interpretación en los Servicios Públicos (ISP) es una de las profesiones más desconocidas en el mundo de la traducción y… Leer más >
Todos soñamos con que llegue el día en el que se eliminen las barreras lingüísticas y comunicativas gracias a un traductor por voz instantáneo digno de las películas de ciencia ficción. Y todo apunta a que la fecha no es lejana.
Por fin desaparecerán las barreras lingüísticas y comunicativas, ¡caerá la Torre de Babel! Un momento, ¿seguro? ¿Es oro todo lo que reluce? No os dejéis llevar por la emoción; antes, leed este post en el que os contaremos cómo funciona este aparato y analizaremos si realmente está listo para quitarnos el trabajo.
¿Quién no querría recorrer el mundo sin la limitación de los idiomas? Bajo esta premisa, han sido muchas las empresas que se han dedicado en cuerpo y alma a desarrollar todo tipo de aplicaciones que permitan la traducción automática.
Pese a que el ocio suele ser lo primero que asociamos a este «gadget», podría ser útil para echar un cable en los servicios públicos en zonas poco concurridas donde sea complicado encontrar un intérprete profesional. Por ello, tampoco es de extrañar que se sigan buscando opciones para avanzar en este campo.
Ahora bien, el camino no es fácil y pocos se mantienen en pie. Por ejemplo, el traductor por voz Pilot, del cual hablamos hace más de cinco años, apostó fuerte por un sistema de traducción en línea muy sencillo, pero no hemos vuelto a saber de él.
Para hacernos una idea, su propuesta consistía en que los interlocutores se pusieran los auriculares y, cuando uno de ellos hablara, el mensaje se enviaría al terminal de manera automática; este lo transformaría en texto y lo traduciría al idioma de destino, es decir, el idioma de la persona a la que va dirigida el mensaje.
Fácil, manejable y práctico, ¿cómo pudo no salir adelante? La verdad es que no hay muchos datos al respecto. Eso sí, no ha sido el único intento. A continuación os dejamos algunos de los más populares. Pero el más curioso es sin duda el que interpretaba a los animales.
La idea de crear un «gadget» específico para hacer traducciones automáticas se mantiene a día de hoy. Así, basta con navegar un poco por la red para encontrarnos bastantes opciones similares al traductor por voz Pilot.
Entre los más populares del momento, este año ha despuntado el Vasco V4, el cual ofrece la traducción de más de 112 idiomas. Para ello requiere de conexión a internet, la cual obtenemos gracias a la tarjeta SIM que incluye.
Además de poder traducir voz a 82 idiomas, también nos permite traducir texto incrustado en fotos hasta en 112 idiomas y entiende hasta 108 idiomas en texto plano.
El 2025 ha empezado con nuevas noticias en el terreno de la interpretación simultánea automática. El gigante de internet quiere ser referente en este terreno y ha anunciado el desarrollo de su propio traductor automático.
La propueta en la que trabaja Meta no es moco de pavo. Con el SeamlessM4T tendremos reconocimiento automático de voz y traducción de voz en tiempo real en un centenar de idiomas. Hasta donde hemos podido saber, será capaz de traducir y transcribir voz y texto automáticamente desde 101 idiomas de origen.
Eso sí, los idiomas de destino se reducen hasta los 35. Aun así, hay que reconocer que la aplicación apunta maneras y puede ser un imprescindible para situaciones fuera del entorno profesional.
En los últimos años, también hemos sido testigos de cómo iban surgiendo nuevas aplicaciones móviles que intentan echarnos una mano con los idiomas. Si a esto le sumamos los avances en IA, es normal que el volumen de apps se haya disparado.
Por ejemplo, a las tradicionales de Google Translate o Microsoft traductor se suman otras como Live Translate de Galaxy AI, que permite traducir automáticamente texto y voz en tiempo real. Como extra, permite cambiar el tono de la conversación. Para ello, nos dará sugerencias a partir del contexto, de modo que podamos evitar malos entendidos.
Otro ejemplo que ha acaparado algún que otro titular es el de Google Translatotron, que además de hacer la interpretación simultánea de una conversación, imita nuestro tono de voz. Eso sí, por ahora está en fase de prueba.
Obviamente, para gustos, los colores. Lo que queda claro es que cada vez hay más viajeros que quieren moverse por otros países sin que el idioma del destino sea una barrera. Por ello, es normal que se lancen nuevas aplicaciones y mejoras en las existentes.
Con tantas opciones en el mercado, podríamos decir que estamos ante una herramienta que nos permite reducir los costes a la hora de ofrecer servicios de interpretación en conferencias o negociaciones internacionales.
En teoría, gracias al traductor por voz serían factibles las reuniones con personas de otros países sin necesidad de un intérprete, pero, ¿serían efectivas? Probablemente no. No podemos comparar la ayuda incalculable (salvo presupuesto) que nos brinda un intérprete profesional con la que nos puede brindar la traducción automática, ya que un intérprete profesional no es solo un conocedor experto de dos idiomas, sino también un pontífice laico que tiende puentes entre dos culturas.
No saber inglés, ruso o chino puede ser un problema menor cuando nos vamos de vacaciones unos días y contamos con uno de estos traductores por voz. Sin embargo, todo tiene sus límites y en este sector no iba a ser menos.
Si bien es cierto que las inteligencias artificiales que permiten las traducciones automáticas están cada vez más entrenadas y dan soluciones más aceptables, no siempre aciertan. Esto no es problema de inversión de dinero en el proyecto, ni de programación de la IA, es simplemente cultural.
Tal y como avanzábamos antes, uno de los mayores retos de los traductores (de carne y hueso) es hacer frente a las diferencias culturales entre el país del texto de origen y el de destino. Como ya nos explicaba Nicola Minervini, más de un 60 % de las negociaciones fracasan por el desconocimiento de las diferencias culturales entre las partes implicadas.
Y es que, los conceptos pueden significar completamente lo contrario en un país u otro. Por ello, esperar que una inteligencia artificial pueda interpretar dicho contexto es, a día de hoy, muy complicado. Si a esto le sumamos los dobles sentidos, las ironías, los juegos de palabras, los conceptos propios del idioma y el uso del lenguaje coloquial en las charlas, es evidente que el traductor por voz automático no puede cumplir con algunos cometidos.
En definitiva, la inteligencia artificial es ya nuestro presente aunque, siendo honestos, los traductores automáticos no son recomendables en reuniones de trabajo, negociaciones o exposiciones corporativas. En estos casos, donde es vital que todos se enteren bien de cada punto expuesto, el trabajo humano es imprescindible.
Tenemos que reconocer que en Ontranslation, debido a los antecedentes, somos bastante escépticos con respecto al futuro de la traducción automática en general y creemos que el mejor traductor o intérprete siempre es aquel que tiene un cerebro con una materia gris en condiciones. Al menos, ese es nuestro punto de vista y nuestra recomendación como profesionales del sector. ¿Qué opináis vosotros al respecto? Sorprendednos.
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Cada vez nos estamos acercando a esta realidad. La velocidad y eficacia de los traductores electrónicos de hace más de diez años atrás no tiene nada que ver con lo que tenemos hoy en día.
Estoy seguro que tarde temprano veremos estas barreras caer. Sin embargo esto no debería ser razón para dejar de aprender otros idiomas. Es claro que el idioma es una ventana a la forma de pensar y cultura de un pueblo.