Oit points and café con leche
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El anglicismo abunda últimamente. No paramos de usar términos que vienen del inglés. Hacemos un afterwork al salir de la oficina en el que bebemos gin-tonic y criticamos a los hípsteres (sí, según la RAE es correcto) con su ropa vintage. Le damos like a lo que nos gusta en las redes, y hacemos unfollow a quien publica cosas que no nos gustan… Y así en muchísimos ambientes más.
Hay quien, ante esta avalancha de términos del inglés, habla de los anglicismos como una invasión. ¿Para qué sirven los anglicismos? Nosotros, amantes de la etimología, nos planteamos si lo es realmente. ¡Ya sabéis que nos gusta darle otra vuelta a las cosas!
Un anglicismo es un préstamo lingüístico. Esto es, una palabra que una lengua regala a otra para denominar algo. Normalmente, designan, como los neologismos, nuevas realidades. Aunque a veces simplemente sustituyen a un término ya existente. Las lenguas son sistemas dinámicos: se retroalimentan entre ellas, y cuando hay contacto entre lenguas distintas el préstamo es natural.
El español ha recibido préstamos de diferentes lenguas según la etapa histórica. ¡Ahora esas palabras nos resultan totalmente cotidianas!
Ahora le ha tocado el turno al inglés. Es la lengua vehicular del momento, ¡y qué momento! La novedad aparece a cada segundo hoy en día, la revolución tecnológica que vivimos no tiene precedentes. ¡Y toca darle nombre a las nuevas realidades!
Eso sí, de lo que muchas voces se quejan es de que, por influencia del inglés, están desapareciendo términos que ya existían para dejar el espacio a su anglicismo correspondiente: el jefe ahora es el CEO, el gestor de cuentas es el account manager… Más de uno ya no sabe ni cuál es su puesto de trabajo.
Es cierto que los préstamos de palabras inglesas se expanden, pero más en determinados ámbitos. Hay, por ejemplo, un mayor número de anglicismos en el mundo del marketing que en el gastronómico. Y esto es un tema cultural.
El marketing se relaciona con un mundo global interconectado, en el que el conocimiento de la lengua vehicular mundial es un punto prestigioso. La gastronomía, en los últimos años, encuentra su prestigio en lo local, por lo que se tiende a usar la lengua local.
Por mucha transferencia que haya del inglés a nuestra lengua, esta es únicamente léxica, un nivel muy superficial de la lengua. Y es que hay (al menos) dos tipos de cambio lingüístico:
Al final la realidad es esta. Si cada anglicismo llega para quedarse o no, dependerá del uso que una mayoría social le dé. No es cierto que los préstamos perviertan una lengua: siempre han estado aquí, y a cada momento, dependiendo del contexto, han venido de una u otra lengua.
No vamos a hablar una lengua incomprensible de aquí a diez años, como mucho habrá algún término que no entendamos y que tengamos que aprender. ¡Y siempre podréis consultar a una persona experta en asesoramiento lingüístico y cultural!
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se olvidan otros anglicismos que aunque se correspondan con una palabra en castellano, sin embargo, sustituyen al término coloquial más habitual, por por un sinónimo, debido a su similitud con una palabra inglesa. ejemplos: balanceado parecido al inglés balanced, que en las redes sociales está sustituyendo el término «equilibrado» o «de largo o por largo» traducción directa directa del inglés by far, que ha comenzado a sustituir al término correcto » con mucho o con diferencia», entre otras muchas.