Etimología de las palabras con orígenes curiosos
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Mantenerse constantemente actualizado ante el imparable avance de las nuevas tecnologías no es tarea fácil. Las lenguas tienen que encontrar soluciones para los tecnicismos que las acompañan, muchas veces a través de préstamos lingüísticos.
Uno de los grandes retos lingüísticos actuales es la implantación de extranjerismos, palabras de otro idioma que pasan al propio sin cambios, como hacker. En la creación de neologismos las lenguas buscan alternativas propias o adaptadas a su ortografía —los préstamos lingüísticos—. De todos modos, la aceptación de neologismos es un proceso complicado que requiere de la concienciación de los hablantes. Esto no siempre llega a conseguirse, sobre todo en el caso de las nuevas tecnologías.
En el caso de la lengua española, la encargada de la creación de neologismos es la RAE. Y la Academia prefiere traducir los tecnicismos y crear términos propios de la lengua española. Sin embargo, a veces lo único a lo que se puede aspirar es a crear préstamos lingüísticos adaptados a la ortografía. O ni tan siquiera a eso.
Un ejemplo serían los términos software y hardware, que no tienen traducción al castellano. Y que se utilizan tal cual. En estos casos, lo que se intenta es adaptar el término a la pronunciación en español —como es el caso de la palabra airbag, para la que la RAE propone la pronunciación [airbág]—.
La aceptación de neologismos se produce sólo en algunos casos, como en la traducción de e-mail por «correo electrónico». Es una lástima que no se optara por la propuesta de traducir e-mail como «emilio» —hubiese resultado divertido—.
El problema radica en que hoy en día el inglés es tan influyente que pocas veces se consigue que los hablantes no utilicen las formas inglesas. Esto llega hasta el punto —extremo— de que se está a la moda añadir palabras en inglés en nuestro discursos.
El número de extranjerismos y préstamos lingüísticos aumenta día tras día, you know. Además, en las disciplinas técnicas, especialmente en la informática, el uso de extranjerismos está muy arraigado.
Podríamos entrar ahora a debatir si es bueno que existan extranjerismos en una lengua o si habría que forzar, en todos los casos, la creación de neologismos adaptados que constituyan formas propias del español, pero tal discusión se alargaría hasta el infinito. Lo que sí que comentaremos es que las lenguas están en constante evolución.
La terminología de las nuevas tecnologías es uno de los principales motivos que provocan que actualmente haya tantos préstamos lingüísticos y extranjerismos. Siempre habrá palabras de difícil o incluso dudosa traducción. Por esto es nuestro deber estar siempre al tanto de las últimas novedades lingüísticas del sector.
Así, los profesionales de la tecnología podrán delegar en nuestros expertos traductores la responsabilidad de elegir el tecnicismo correcto. Para preocuparse de las tendencias ya está Ontranslation.
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