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En un momento de innovación constante, la traducción de documentos de propiedad intelectual es indispensable. Desarrolladores de aplicaciones, creadores y artistas, programadores, marketeros… son algunas de las profesiones en las que proteger la propiedad intelectual se ha vuelto un trabajo casi diario.
Además de innovador, este mundo es globalizado. Por esto, en muchos casos no vale con emitir documentos en nuestro idioma, o trasladárselos a las autoridades de nuestros países. Si tu proyecto es (o tiene intención de ser) transnacional, mejor cúbrete las espaldas con un buen asesoramiento para traducir documentos que tengan que ver con la propiedad intelectual.
Imaginamos que, si habéis llegado hasta aquí, sabréis qué es la propiedad intelectual. En caso contrario, en este vídeo nos lo explican de maravilla:
Como en todo, hay tipos de documentos a presentar dependiendo del tipo de relación que tengas con el producto intelectual. Los principales son estos cuatro:
La traducción de documentos de propiedad intelectual se encuadra en un tipo de traducción que es muy delicada: la traducción jurídica. Se trata de documentos que tienen un lenguaje específico, el legal, y que no cualquiera maneja.
Además, las convenciones del lenguaje jurídico son muy diferentes ya no solo de un país a otro, sino también de una cultura a otra. La tradición legal de determinado país tiene como consecuencia un lenguaje específico, que puede no tener nada que ver con el de otro. Aquí, la traducción literal no sirve.
Para registrar una obra o hacer cualquier papeleo relativo a la propiedad intelectual, contacta con alguien que pueda demostrarte experiencia previa con la traducción jurídica. O que al menos tenga conocimientos profundos del lenguaje jurídico del país al que te diriges (un traductor que haya estudiado derecho en dicho país, por ejemplo). En la traducción para los derechos de propiedad intelectual, así como en cualquier traducción jurídica, la doble formación es esencial.
Recuerda, como te explicábamos que la traducción jurada y la jurídica no son lo mismo. La jurídica, de la que hablamos todo el rato aquí, simplemente se refiere al tipo de lenguaje utilizado en un documento. Es equivalente a decir traducción técnica o médica: son lenguajes específicos con convenciones distintas.
No pagues más por la traducción de los documentos de propiedad intelectual por una equivocación. La traducción jurada lleva una firma de un traductor que legaliza tus documentos (y que ha pasado un duro examen para poder hacerlo) y, por tanto, es más cara. No utilices este servicio a no ser que en el país donde quieras registrar las autoridades te pidan que el documento, por cualquier razón (venir ya registrado de otro país, por ejemplo) esté sellado.
Las agencias de traducción cumplimos con un propósito: conectar a las empresas con el equipo de traducción ideal, y supervisar todo el trabajo. En casos tan delicados como es el de los documentos de propiedad intelectual, podemos ser de gran ayuda.
En Ontranslation contamos con estándares de calidad, regulados por una ISO, que garantizan que siempre seleccionaremos al mejor equipo experto de traductores jurídicos en los documentos que protegen tus obras.
¡Mejor no te la juegues! Cuenta con expertos que aseguren que lo tuyo es tuyo.
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