Traducción de documentos de propiedad intelectual

En un momento de innovación constante, la traducción de documentos de propiedad intelectual es indispensable. Desarrolladores de aplicaciones, creadores y artistas, programadores, marketeros… son algunas de las profesiones en las que proteger la propiedad intelectual se ha vuelto un trabajo casi diario.

Además de innovador, este mundo es globalizado. Por esto, en muchos casos no vale con emitir documentos en nuestro idioma, o trasladárselos a las autoridades de nuestros países. Si nuestro proyecto es (o tiene intención de ser) transnacional, mejor cubrirnos las espaldas con un buen asesoramiento para traducir documentos que tengan que ver con la propiedad intelectual.

Tipos de documentos de propiedad intelectual susceptibles de ser traducidos

Antes de entrar en materia, hagamos un repaso sobre qué es la propiedad intelectual:

 

 

Como en todo, hay diferentes tipos de documentos a presentar dependiendo del tipo de relación que tengamos con el producto intelectual. Los principales son estos cuatro:

  • De autor(es): son los documentos que presentan las personas que quieren registrar una obra que es propia. Son los más habituales. Así, un escritor registrará su novela con este tipo de documento, o un equipo de desarrolladores su nueva app.
  • De otros titulares originarios: hay casos en que los titulares no son los autores de una obra, como en el caso de las obras colectivas. Hay personas que idean un proyecto, utilizando su nombre, que llevan a cabo otros. Si así lo acuerdan, estos pueden ser titulares de la propiedad intelectual de la obra completa.
  • De transmisiones inter vivos: es el caso en el que la titularidad de la propiedad intelectual pasa, por cesión, de una persona a otra, ambas vivas.
  • De transmisiones mortis causa: la propiedad intelectual es heredable. Cuando un titular muere, esta se pasa a sus herederos o herederas. Los derechos de propiedad intelectual suelen durar setenta años tras la muerte de su autor (o primer titular).

¿Cómo se hace la traducción de documentos de propiedad intelectual?

La traducción de documentos de propiedad intelectual se encuadra en un tipo de traducción que es muy delicada: la traducción jurídica. Se trata de documentos que tienen un lenguaje específico, el legal, y que no cualquiera maneja.

Además, las convenciones del lenguaje jurídico son muy diferentes, ya no solo de un país a otro, sino también de una cultura a otra. La tradición legal de determinado país tiene como consecuencia un lenguaje específico, que puede no tener nada que ver con el de otro. Aquí, la traducción literal no sirve.

Para registrar una obra o hacer cualquier papeleo relativo a la propiedad intelectual, lo más inteligente es contactar con alguien que pueda demostrarnos que tiene experiencia previa con la traducción jurídica. O que al menos tenga conocimientos profundos del lenguaje jurídico del país al que nos dirigimos (un traductor que haya estudiado derecho en dicho país, por ejemplo).

Eso sí: traducción jurídica, no jurada (siempre que no se indique expresamente)

Si necesitamos traducir algún documento de propiedad intelectual, es importante tener claro que la traducción jurada y la jurídica no son lo mismo. Ambas modalidades suelen confundirse por el nombre y, en más de una ocasión, acabamos pagando de más por miedo a quedarnos cortos.

Pero, ojo, que no siempre es necesario. Lo primero que debemos tener claro es que la jurídica, de la que hablamos todo el rato aquí, simplemente se refiere al tipo de lenguaje utilizado en un documento. En cambio, la jurada es aquella que tiene la firma de un traductor que legaliza el documento.

Entonces, ¿los documentos de propiedad intelectual deben tener validez legal?  Lo cierto es que no, salvo que lo queramos registrar en un país donde las autoridades lo exijan. Por lo tanto, es importante revisar bien la documentación que debemos aportar para solicitar la traducción adecuada y no pagar de más.

Una agencia de traducción, nuestra mejor aliada

En la traducción para los derechos de propiedad intelectual, así como en cualquier traducción jurídica, la doble formación es esencial. Por ello, es más sencillo contactar con una agencia que ofrezca servicios de traducción para empresas que con un traductor. Y es que, en este caso, necesitamos un profesional muy específico y no es tan sencillo de encontrar sin ayuda.

Las agencias de traducción cumplimos con este propósito: conectar a las empresas con el equipo de traducción ideal, y supervisar todo el trabajo. En casos tan delicados como es el de los documentos de propiedad intelectual, podemos ser de gran ayuda.

En Ontranslation contamos con estándares de calidad, regulados por la ISO 9001, que garantizan que siempre seleccionaremos al mejor equipo experto de traductores jurídicos en los documentos que protegen las obras.

¡Mejor no te la juegues! Cuenta con expertos que aseguren que lo tuyo es tuyo.

Acerca del autor

Teresa Belaire

Licenciada en Comunicación Audiovisual y con un máster en guion de cine y televisión, es especialista en escribir historias. Como responsable de contenidos de Ontranslation, escribe sobre traducción, cultura y ecommerce como si desarrollara la biblia de su próximo largometraje.

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