Traducción de documentos legales: una guía esencial
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Para cualquier empresa internacionalizada o que busca la internacionalización, la traducción de informes económicos es una cuestión que tener siempre presente. Tener las cuentas claras es un plus, tanto de cara a lo interno como a lo externo. Y si en nuestra empresa intervienen varios idiomas, más nos vale tener claros algunos aspectos si tenemos que traducir informes económicos. Os los contamos.
Son solo números, ¿verdad? Y estos son internacionales… Pues no, las convenciones afectan a todo tipo de mensajes, y los números son todo un lenguaje con estándares distintos en cada caso.
La traducción de informes económicos, hecha por profesionales de la traducción, puede librarnos de grandes errores conceptuales. Solo entrando en el mundo anglosajón (al que, obviamente, es al que más se traducen este tipo de documentos), encontramos diferencias que pueden suponer una catástrofe de no tenerse en cuenta:
En inglés, al contrario que en castellano, la coma separa los grupos de tres cifras (millares, millones, etc.) y el punto los números enteros de los decimales. Así, una cifra como esta: 100.000 $ significa cien mil dólares en castellano, pero cien dólares en inglés. Pequeña la diferencia, ¿verdad?
Ya, ya sabemos que estas cifras son muy altas para la mayoría de las empresas. Pero es que no todo lo que aparece en un informe económico son cantidades económicas. No es tan difícil que una empresa gestione un billón inglés de algo que se mide en cantidades pequeñas (litros, por ejemplo). Para aclararnos: un billón inglés son mil millones (1,000,000,000), mientras que un billón español es un millón de millones (1.000.000.000.000).
Si al traducir algún informe económico aparecen medidas, más nos vale estar atentos, ya que la cosa se complica aún más. Dependiendo del país, se utilizará el sistema imperial (libras, millas, etc., en Inglaterra o EE.UU.) o el métrico decimal (Australia o Nueva Zelanda).
Una de las primeras preguntas a la hora de traducir informes económicos es para qué y quién la estamos haciendo. Una vez sepamos esto, tocará valorar el grado de seguridad que necesitamos mostrar a quienes vayan a leerla. Tendremos, entonces, dos opciones.
Pongamos por caso que el informe es para los accionistas, o la plantilla, y lo presentamos anualmente: confían en nosotros, y es información que se les da periódicamente. Por esto solo hará falta hacer una traducción especializada: hecha por alguien que tenga conocimientos en economía.
Una traducción tendrá que ser jurada cuando el informe sea un documento importante para una acción posterior. Imaginemos que tenemos una ronda con inversores internacionales de un país concreto, o que estamos acordando la fusión con una empresa extranjera.
En este caso convendría hacer una traducción jurada: una traducción firmada y sellada por un traductor jurado oficial en el país destino, lo que le da carácter oficial ante cualquier entidad de dicho estado. Nos aseguraremos de que cualquier error en la traducción pueda estar gestionado por una entidad externa (en el caso español, la Oficina de Interpretación de Lenguas), lo que dará total seguridad a las partes.
Además, al hacer la traducción de informes económicos solemos encontrarnos con terminología muy específica que requiere de conocimientos en el campo. Si no se conocen bien los términos más comunes en economía, nuestra traducción puede ser una catástrofe. Por eso arriba solo dábamos la opción de la traducción especializada o jurada.
Necesitamos a traductores profesionales con mucho conocimiento del glosario específico. Expertos que sepan que una acción española no es una action en inglés, sino una share o equity, o que un mercado alcista, en Irlanda o India no es un upward market sino un bull market. ¡Mejor que no haya errores que dañen nuestra imagen!
Y es que hacer una traducción financiera a vuelapluma puede salirnos muy caro. Busca a traductores profesionales con conocimientos en economía, que tenga familiaridad con los términos específicos y las convenciones numéricas en el idioma destino.
Además, piensa si la traducción de los informes de tu empresa que necesitas ha de ser jurada: si quieres aportar la seguridad que otorga un estado, la respuesta es sí. Si no, quédate con la especializada. ¡Los números importan, no los desprecies!
Si necesitas traducir tu informe económico y necesitas jurarlo, contacta con nosotros.
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