Crónica: Resumen, cierre, ¡y vuelta a empezar!
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Las pifias culturales suceden, sin importar el caché que tengas. O quizás sí. Lo que está claro es que, cuanto más visible eres, más falta te hace un buen equipo de asesores culturales o asesores lingüísticos o de otro tipo. Y si no que se lo digan a Beyoncé o a Shakira.
Por esta razón, en Ontranslation no nos cansamos, ni nos cansaremos nunca, de hacer hincapié en que contar con asesores culturales profesionales cuesta dinero, pero lo realmente caro es prescindir de su trabajo con la diversidad cultural que existe.
La artista estadounidense actuó el pasado lunes 24 de marzo en Barcelona ante un Palau Sant Jordi abarrotado, como era de esperar. Con un público tan entregado y teniendo unas tablas como las que tiene nada podía salir mal. Pero a última hora, justo al final del espectáculo, Beyoncé metió un poco la pata.
Desconocía el alcance real de lo que estaba haciendo, sí, pero no estaría de más que sus asesores (porque seguro que debe tener un equipo bien grande) la hubiesen avisado de que sería mejor evitar ciertas cosas a su paso por Barcelona. No es que nosotros creamos que haya hecho ninguna atrocidad, pero, tal como están las cosas, quizás no era el mejor momento para pasearse por el escenario bandera española en mano. Una bandera bastante grande, por cierto.
Obviamente, las críticas fueron inmediatas. A ver, no es que Beyoncé haya tomado partido en todo el revuelo que vivimos hoy en día y que de sobra conocemos. Probablemente ni sepa qué es Cataluña, pero cualquiera pensaría que está hecho adrede. Tampoco es que enseñar una bandera española sea malo, pero hay que tener en cuenta el contexto, y ahí está el fallo de Beyoncé.
Algo parecido ha pasado con Shakira, aunque de una manera menos visual. A la colombiana se le ha dado por versionar el «Boig per tu» de Sau, y no lo hace nada mal. Sin embargo, al igual que Beyoncé, ha escogido un mal momento y se la han comido casi literalmente en las redes sociales. De nuevo, no se trata del acto, sino del contexto y su desconocimiento.
Esta anécdota que en principio puede parecer irrelevante pone de manifiesto la gran importancia que tiene un buen asesoramiento cultural cuando te expones a una realidad que no es la tuya. Y esto se aplica a todos los ámbitos, tanto a la vida privada como a la vida profesional. ¿Te imaginas celebrar una fiesta muy popular en otro país sin informarte de cuáles son las tradiciones o qué no debes hacer si quieres evitar que te saquen los colores?
En este último caso, el asesoramiento es vital cuando, por ejemplo, una empresa lleva a cabo un proceso de internacionalización. Si no hay un trabajo profesional de asesoramiento cultural y lingüístico, pueden darse pifias culturales como estas en cuestiones que ni siquiera se habían planteado, suponiendo esto la debacle del proceso.
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