El idioma chino, el idioma inventado que domina el mundo
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Las palabras polisémicas forman parte de nuestro día a día. Aunque tal vez no sepamos identificarlas por esta designación, lo cierto es que la lista de palabras con más de una historia es interminable.
En este artículo vamos a hacer un repaso para descubrir exactamente qué las caracteriza y cómo influyen en nuestros mensajes a la hora de internacionalizar nuestro negocio.
Tal y como recoge la RAE, se conoce como polisemia a la pluralidad de significados de una expresión lingüística. Por tanto, las palabras polisémicas son aquellas que tienen más de un significado.
Debido a esta particularidad, necesitaremos siempre el contexto para saber exactamente a qué nos referimos. En español, podemos encontrar infinidad de ejemplos de palabras polisémicas:
Eso sí, debemos tener en cuenta que la lengua está viva y el diccionario se va actualizando. Es decir, si una palabra se empieza a usar de forma generalizada con un nuevo significado, este acabará incluyéndose en el diccionario. Por tanto, las palabras monosémicas y polisémicas van variando.
Lógicamente, la polisemia no es propia solo de español, sino que se da también en otros idiomas. De hecho, es cuando más rápidamente podemos señalar cuáles son polisémicas, ya que en caso de no tener el contexto, la traducción puede resultar imposible.
En el caso del inglés, siempre se ha tachado de ser un idioma fácil de aprender por la sencillez de su gramática. Sin embargo, las palabras polisémicas inglesas nos pueden generar más de un mal rato. Por ejemplo, alguna de las palabras que más significados tienen son:
¿Quién dijo que el inglés era fácil? ¡Está el panorama como para no entender el contexto!
¿Podemos hablar de palabras polisémicas entre dialectos? Aquí la cosa se complica sustancialmente, ya que estamos ante palabras que se escriben igual, pero el significado no tiene nada que ver en función del país en el que estemos. ¡Un bonito jaleo para el turista menos instruido!
Centrémonos en el caso del español, que es el que más nos afecta. Si bien es cierto que los que nacimos en los 80 exigimos ver los clásicos Disney en su doblaje original (español central o latino), a los más jóvenes se les hace bastante extraño. Y es que, más allá del acento, está la polisemia.
Como cantaban los hermanos Ondina: Qué difícil es hablar el español.
Por ejemplo, si queremos referirnos a nuestro colega con un venezolano, le tildaremos de pana. Aunque ahora los más jóvenes llegan a utilizar ambos términos indistintamente, esta palabra sigue siendo un tipo de tela para los más mayores de la sala.
En peores circunstancias nos encontraremos si le decimos a alguien que le quieres coger y no estamos en España. Y no, no te vamos a decir qué significa, piensa mal ¡y acertarás!
El lenguaje está vivo y va incorporando nuevas palabras. Esto lo vemos hoy con los términos en inglés para nuevas profesiones o para la tecnología, pero se ha hecho toda la vida. De hecho, ¿sabes que «olé» es una palabra de origen árabe? Eso sí, debemos admitir que con la explosión de las redes sociales, la conversación con otras culturas es mucho más prolífera.
Por ejemplo, actualmente la comunidad latina está en constante conversación. Pese a que en nuestro país las telenovelas causaron furor en los 90, lo cierto es que han sido los streamers del otro lado del charco los que nos han acercado sus dialectos en los últimos años. Así, de la mano de algunos creadores de contenido latinos, muchos jóvenes han empezado a incluir sus expresiones dentro de su comunicación diaria.
En definitiva, podemos decir que los adeptos a Twitch y otras redes sociales que emiten en directo están importando los significados más populares en Latinoamérica a palabras de nuestro día a día. Y sí, resaltamos las plataformas de directo, ya que parecen haber sido las que más nos han hecho normalizar, interiorizar y utilizar algunas palabras polisémicas.
Tal y como hemos ido viendo, idiomas que de primeras parecen sencillos, se nos pueden hacer cuesta arriba cuando entramos en materia. Por ello, si nos estamos planteando internacionalizar nuestro negocio, es importante que no dejemos la traducción de nuestros contenidos a cualquier persona.
De hecho, incluso si queremos probar suerte en países de habla hispana, es recomendable pedir un asesoramiento lingüístico y cultural a un traductor profesional para que nuestras comunicaciones internacionales tengan el mensaje que realmente queremos ofrecer.
No debemos de perder de vista cómo afecta la polisemia a un mensaje de lo más inocente, ¡como para entrar en términos legales! Por no mentar que, para lidiar con la polisemia, la traducción automática no será la mejor estrategia. Aquí el ojo humano es imprescindible para entender el contexto y dar con la mejor solución.
Por ello, apoyarnos en una agencia de traducción profesional nos evitará graves problemas de imagen por una mala elección de términos.
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