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La relación entre el sector retail y el lenguaje de marca es más profunda de lo que parece. En un entorno dominado por lo visual, donde destacan el diseño, el packaging y los escaparates, muchas marcas olvidan el impacto que tiene la comunicación verbal en la decisión de compra. Y, sin embargo, las palabras pueden ser tan persuasivas como una buena imagen. En este contexto, el storytelling corporativo y la coherencia lingüística cobran protagonismo.
En el retail, la comunicación no se limita a una campaña publicitaria. Las marcas se expresan en múltiples formatos y momentos de contacto con el cliente. Cada texto, por breve que sea, construye la percepción que el público tiene de ti. Algunos de los canales clave son:
Cada uno de estos canales exige una voz de marca coherente. Definirla con precisión es clave para generar una experiencia sólida y diferenciadora.
Cuando hablamos de «imagen de marca», solemos pensar en el logotipo, la paleta de colores o el estilo visual. Pero en realidad, la forma en la que hablamos de nuestros productos y de nuestra propuesta de valor influye tanto —o más— que el diseño. El uso adecuado del lenguaje refuerza los valores de marca y genera confianza.
En el sector retail, esa conexión entre lenguaje y experiencia de compra se vuelve aún más importante. Se trata de un entorno inmediato, sensorial y culturalmente cargado. El mensaje verbal debe reflejar una comprensión real del cliente y su contexto. Esto implica adaptar el tono, el estilo y las referencias culturales. No basta con traducir: hay que localizar. Un mensaje plano, genérico o mal adaptado puede alejar al consumidor, incluso si el producto es bueno.
Además, cuando se cuidan los textos —más allá de los aspectos funcionales— se puede lograr algo aún más valioso: conectar emocionalmente con el público. Y esa conexión es la que fideliza, inspira recomendaciones y transforma consumidores en embajadores.
La internacionalización ha empujado a muchas marcas a traducir su contenido, pero la traducción literal no basta. En el sector retail, donde las diferencias culturales son especialmente visibles, es esencial adaptar el mensaje al contexto local. Eso implica conocer el idioma, sí, pero también el estilo de vida, los valores y las aspiraciones del consumidor en ese mercado.
Por ejemplo, si un eslogan juega con referencias culturales locales o dobles sentidos, simplemente traducirlo puede hacer que pierda todo su impacto (¡o incluso sonar extraño!). El relato de marca debe mantenerse relevante y auténtico en cada idioma. Por eso, contar con profesionales especializados en comunicación multilingüe es una inversión, no un gasto.
Las marcas que lo hacen bien no solo traducen; transforman su comunicación para que siga siendo efectiva y persuasiva en otros contextos. Esto se nota especialmente en ecommerce, donde el cliente toma decisiones rápidas. Un texto bien adaptado puede ser el empujón que incline la balanza hacia la conversión.
En un sector cada vez más saturado, cuidar el lenguaje se ha convertido en una ventaja competitiva. Las marcas que consiguen un estilo distintivo, cercano y coherente logran conectar con sus clientes y diferenciarse. Si hablamos el idioma del cliente —en sentido literal y figurado— tenemos mucho ganado.
Además, según estudios como los de Harvard Business Review, los consumidores esperan que las marcas tomen postura, comuniquen con autenticidad y generen comunidad. Eso no se logra solo con imágenes: requiere una estrategia lingüística sólida.
En este sentido, definir tu brand voice e integrarla en todos los canales es clave. Desde una campaña hasta un chatbot, cada palabra suma o resta. Y en retail, donde cada interacción cuenta, esa suma puede marcar la diferencia.
En el sector retail, las decisiones se toman en segundos. Los consumidores están expuestos a miles de estímulos cada día, y solo aquellos que consiguen conectar de forma clara, coherente y emocional tienen posibilidades reales de destacar. Apostar por el cuidado del lenguaje no es una opción: es una necesidad estratégica.
Si sientes que tu marca no está comunicando todo lo que podría —o si vas a abrirte a nuevos mercados—, es momento de revisar tu estrategia lingüística. Retail y lenguaje de marca van de la mano, y dominarlos te dará una ventaja frente a competidores que aún subestiman el poder de las palabras. ¿Quieres saber cómo hacerlo? ¡Pregúntanos!
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