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Como agencia de traducción, el DTP Publishing (o Desktop Publishing) forma parte de nuestro día a día. Tal vez por este nombre no sea muy conocido fuera del sector. Por ello, hoy dedicamos este artículo a explicar qué se esconde tras este servicio necesario en la traducción de documentos y manuales y cómo lo trabajamos en Ontranslation.
Bajo el apelativo DTP Publishing se esconde la maquetación de un texto, simple y llanamente. Pese a que la versión española del término parece menos resultona, lo cierto es que es un aspecto imprescindible para la mayoría de traducciones que llevamos a cabo.
Y es que, pese a que muchos de nuestros clientes nos remiten sus archivos en formato .doc o .xlsx (Word y Excel, respectivamente), no siempre se da el caso. De hecho, es habitual la recepción de textos en PDF o directamente sobre diapositivas de PowerPoint. Este es el caso de documentos tan diversos como catálogos de productos, revistas o presentaciones corporativas de resultados.
Por este motivo, un servicio de maquetación es imprescindible para devolver la versión traducida con el mismo aspecto que el documento original.
Hablar de maquetación nos transporta a las grandes rotativas de los periódicos, que hacen auténticos puzles para incrustar noticias y fotografías con diferentes tamaños y estilos. Sin embargo, no hace falta ir a un diseño tan complejo para hablar de DTP Publishing.
Cuando hablamos de la maquetación de una traducción nos encontramos, por ejemplo, mantener el estilo de un contrato o de un expediente académico. Tal vez unas tablas o dividir el texto en columnas nos parezca de lo más simple. Ahora bien, es necesario para que ambas versiones se correspondan.
De hecho, más allá de mantener la estética (tipografía, formato, imágenes,…), existen varias situaciones que nos exigen trabajar la maquetación de la traducción.
La primera aproximación a la multilingual DTP la encontramos en el momento que queremos traducir un texto que nos llega en un soporte no-editable. Esto es, por ejemplo, una imagen o un PDF no editable.
Si nuestro cliente nos envía este tipo de documento, lo primero que deberemos hacer es convertirlo a un archivo a partir del cual podamos trabajar.
Como consecuencia, en el momento que ya tengamos hecha la traducción y la revisión de galeradas, nos tocará maquetar la versión final para que vuelva a lucir como el documento original.
El segundo caso en el que el proceso de DTP Publishing es necesario es cuando el texto resultante no coincide en longitud al original. Es decir, prácticamente siempre. Y es que, pocas son las traducciones que requieren frases igual de largas.
Por este motivo, tras una traducción que tiene un formato concreto, es necesario revisar la maquetación para ajustarla al estilo de la versión original.
La última situación puede ser la menos evidente; sin embargo, es imprescindible. Si nos han solicitado una traducción de un producto que debe comercializarse en otro país, la DTP Publishing es vital. ¿El motivo? Las diferencias culturales.
Existen muchos países en los que ciertas tipografías, imágenes o colores tienen una connotación negativa. Por ejemplo, emplear el número 4 en China está asociado a la mala suerte; mientras que el color amarillo simboliza buena suerte en Egipto.
Así pues, adecuar la maquetación de la traducción en función en la cultura del país de destino es un paso importante para evitar una mala acogida de la marca.
La maquetación de la traducción no se hace a mano, obviamente. Para este proceso disponemos de diferentes programas informáticos en función del tipo de archivo al que debamos dar forma.
Para hacernos una idea, los más populares son:
Eso sí, en el mercado existen muchas opciones que pueden resultar atractivas, como QuarkXpress o FrameMarker. ¡Aquí también entra en juego los propios gustos del profesional!
Los trabajos de traducción se cotizan por palabra. En cambio, el DTP Publishing se cobra por página. Más concretamente, se tiene en cuenta la complejidad de la maquetación, así como el formato de origen. Pero veámoslo un poco más en detalle:
Pero no solamente debemos tener en cuenta la complejidad propia del documento original. El tiempo que nos llevará hacerlo, así como el propio plazo del cliente, se deben tener presentes.
Si bien es cierto que somos los profesionales los que damos los plazos de entrega, es habitual que ofrezcamos dos: uno estándar y otro urgente. A partir de aquí, ya quedará en manos del cliente elegir cuanta prisa le corre el trabajo para pagar o no por el servicio urgente.
En resumen, debemos ser conscientes de que el DTP Desktop Publishing es un trabajo laborioso que requiere de profesionales que sean minuciosos.
Y es que, si queremos que nuestra traducción luzca, no podemos dejar la maquetación en un segundo plano. Por mucho que nos «duela», la estética del documento es lo primero (y en la mayoría de casos lo único) que nuestro cliente va a valorar.
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