Idiomas inventados, ¿con qué fin se desarrollan?
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Con los Reyes Magos llegando de Oriente a nuestras casas damos carpetazo a una de las fiestas más populares del mundo: la Navidad. Pero ¿de dónde surge esta tradición? ¿Por qué se les conoce como Reyes Magos? Como amantes de la etimología, no hemos querido quedarnos con la duda y hemos estado indagando al respecto. Y si en su día alucinasteis descubriendo qué otros personajes navideños hay por el mundo, hoy lo haréis desbriendo qué tienen de magos este trío.
El caso es que de lo que habla la Biblia (en este caso el Nuevo Testamento y más concretamente el Evangelio según San Mateo) es de magos.
Pero debemos tener en cuenta una cosa, el significado o la connotación que se le da actualmente a la palabra mago, que es la de alguien que practica la hechicería, no corresponde con el sentido original de la palabra, que es el que se le da en el Evangelio de Mateo.
El término actual «mago» proviene del persa antiguo maguš. En la antigua Persia, un magi era un sacerdote de la religión zoroástrica cuyo conocimiento de disciplinas como la astrología lo situaba a un nivel superior dentro del sistema social babilónico. Constituían la élite intelectual, los hombres sabios de su época. Figuras similares en otras culturas podrían ser los druidas galos o los filósofos de la antigua Grecia.
Al parecer, que el término fuese cambiando de significado a lo largo de la historia tiene que ver con la asimilación de las prácticas paganas por parte de la Iglesia, que promocionaba la creencia de que todo lo relacionado con la sabiduría en otras religiones tenía raíces oscuras.
Por eso, al realizar una traducción, es muy importante tener en cuenta la etimología de las palabras. Un ejemplo de una traducción más acertada del nombre de estos repartidores de ilusiones, sería el que se llevó a cabo al inglés, Wise Men o Three Wise Men, o al alemán, Weise aus dem Morgenland, que no lleva a equívocos con respecto a si son o no hechiceros, pero sí deja clara su gran sabiduría.
Tras este breve recorrido por la historia, queda claro que, sintiéndolo mucho, los Reyes Magos no son mágicos. Pero no es el único acontecimiento que tiene un nombre que puede llevar a confusión. Si echamos un vistazo a las fiestas más relevantes del globo, descubrimos por ejemplo que:
Hasta la mala suerte tiene un componente cultural que varía según la zona. Por ejemplo, si nosotros tememos al martes 13, en otros países la fecha de la que huir es el viernes 13. Algo que parece una anécdota, puede tener un peso importante en el momento de hacer negocios con clientes de otras culturas. Por ello, antes de lanzarnos a la aventura, es importante asegurarnos de que entendemos bien la celebración o tradición que queremos aprovechar para localizarla correctamente.
Evidentemente, no todas las fiestas calarán igual de una cultura a otra. Por ejemplo, Acción de Gracias es súper conocida en nuestro país, pero no se celebra. ¿El motivo? En nuestro contexto cultural, no encaja. Por eso, es importante rodearnos de profesionales que nos puedan asesorar y echarnos una mano, tanto si nos expandimos a otros mercados o queremos atraer clientes a nuestro negocio aprovechando sus fiestas y tradiciones.
¿Necesitas que te ayudemos con algún término? Estamos aquí para ayudarte.
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